viernes, 23 de noviembre de 2007

Ouh...babbo! (Madrid)

Bruno Squarcia, actor y cantante (actualmente participa en Quisiera Ser, un musical con las canciones del Duo Dinámico), saltó a la fama por su participación en Al Salir Clase. Han pasado 11 años desde que abriera Luna Rossa en la capital, y hace un tiempo se lanzó a esta nueva aventura llamada Ouh...babbo! Situada en la castiza calle de Caños del Peral (justo enfrente de ese gran mexicano que es Entre Suspiro y Suspiro), esta pizzería supone un enorme salto de calidad frente a lo que estábamos acostumbrados en la capital. 

Ayer tuvimos una pequeña toma de contacto, pero volveremos, asiduamente incluso, y os seguiremos manteniendo actualizados. La carta es bastante extensa, con una interesante oferta dónde elegir. Variedad de pizzas, muchas pastas, y antipasti selectos. Empezamos con una burratta. ¡Qué fresca! Nos comenta Carlos, el camarero, que se la sirven los martes, y rara vez les llega a finales de semana. Se nota. No es fácil encontrar esta burratta en Madrid. La pieza, de considerable tamaño, viene servida sobre una cama de rucola, con tomates secos y jamón de parma. ¡Exquisita!

Seguimos con unos fetuccinni bianco e nero. Me perdonaréis que os diga que ha sido la mejor pasta que he probado en mi vida. Sin complicaciones, al dente (pero de verdad, no lo que pretenden vendernos en muchos sitios de Madrid), con trufa negra y piñones. Muy intensa en sabor, no puede estar más rica.

No podíamos no probar las pizzas.  Muchos las consideran las mejores de Madrid, y puede que lo sean (aunque ya sabéis que las de Pulcinella también me encantan...). El secreto es un horno de piedra de cocinero campano. Anteriormente el pizzaiolo era iraní. Ahora es filipino. ¿Curioso, no? Pero más curioso aún cuando se comprueba el resultado. Masa muy muy fina, y materias primas de primerísima calidad. Probamos la más sencilla teoricamente, la margherita D.O.P. Es una pizza con denominación de origen protegida hecha según las estrictas normas de dicha denominación. Sin lugar a dudas muy recomendable. Tostada y crujiente, pero que se puede doblar sin romperse. Mozzarella auténtica, tomate de sabor intenso. ¡Una delicia!

De postre pedimos un tiramisu. En mi opinión el único punto flojo. No estaba malo, pero la crema demasiado densa, lo hacía pesado, en vez de ligero y esponjoso como debería ser un buen tiramisu. 

Merece mención especial el servicio y la atención. Carlos, que lleva desde que abrieron, junto a sus compañeros de sala, y bajo la dirección magistral de Bruno, siempre atento, convierten la visita al restaurante en una experiencia deliciosa. Se agradece también que tengan aparcacoches todas las noches. Como decía al principio, ¡¡volveremos!!

Datos prácticos:
OUH...BABBO!
Ceños del Peral, 2 (junto a pza. de Ópera)
28013 Madrid
Tel.: 91 547 65 81

Precio medio: € 40
Abre todos los días. 
Servicio de aparcacoches.
Accesible silla de ruedas.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Cómo preparar el mejor gin-tonic, por Jose (de Ca Sento)

Hace ya algún tiempo os relataba una de las últimas visitas a esa gran casa que es Ca Sento. Los que me conocen, y los que me leen, saben que soy un gran admirador suyo, y especialmente de Jose, su sumiller. Desgraciadamente en los últimos tiempos me llegan demasiados rumores de que Rául Aleixandre, su chef, tiene un poco abandonada la cocina, y que se está notando. Esperemos que sea sólo pasajero.

En cualquier caso, el objetivo de hoy era muy diferente. Quisiera compartir con todos vosotros un vídeo que contiene, en palabras de Jose, la guía para preparar un auténtico gin-tonic. 

Espero que os guste!!



sábado, 10 de noviembre de 2007

La Tasquita de Enfrente (Madrid)

Ayer, el empeño de un buen amigo, Pipe Gaztelu, por enseñarme restaurantes que yo no conozca, me llevo de vuelta a La Tasquita de Enfrente. Buen intento por su parte, pero desgraciadamente ya conocía esta casa a la que sin embargo llevaba años sin acudir (en su haber, enseñarme ya hace años, Casa Benigna). Aquí, Juan José López retoma el trabajo de su padre, y aporta su buen hacer como propietario y jefe de cocina. Eso sí, su ubicación en una zona cada vez más decadente de Madrid, obliga a acudir sólo con gente de mucha confianza. La tranquilidad es que la experiencia culinaria será siempre satisfactoria (precios al margen) y por tanto merecerá la pena. Así que ayer, agradable cena por tanto con el intrépido Pipe, mi novia, y un matrimonio grandes gourmets también. Como veremos, buen comer, mejor beber, e imbatible compañía.

Empezamos ayer con una suave morcilla desmigada, con cebolla, para untar en unas tiritas de pan de focaccia tostadas. Seguimos con una ensalada de burrata (ligeramente trufada), muy rica y sobre una base de lechugas bien seleccionadas y aderazadas con aceto balsamico. Aconsejados por la recomendación de la maître, unos espléndidos berberechos al vapor con sake y salicornia. ¡Excepcionales!

Otros dos entrantes completaban el apartado de primeros platos. Un salteado de boletus frescos con parmesano (perfecta la combinación) y unos chipirones a la plancha sobre una cama de cebolla al horno. El chipirón, ligeramente salado, fue el más flojo de todos los entrantes que probamos. 

Ayer, por ser festivo, y tratarse este de un restaurante de cocina de mercado, la oferta de platos principales no era muy grande. Principalmente caza (pichón, becada), mero, cocochas y chuletón eran las únicas opciones. Probamos todo menos el pichón. La becada, en su propia reducción, con pico y todo, sobre una rebanada de pan empapada en el jugo, estaba perfecta. No es fácil encontrar becada en estos días, y menos tan bien cocinada. Las cocochas también muy ricas. El chuletón, si bien la carne era buena, la hemos probado mejor. Venía acompañada de unas patatas fritas en grandes gajos, que estaban poco hechas y no nos convencieron.

Para acabar, una tabla de quesos, todos ellos trufados. Repasemos. Tartuffete Jacquy Conge (rellena de crema de trufa blanca, muy cremoso pero demasiado suave), un Gouda trufado que nos conquistó a todos, un trifulin al tartufo curado (muy rico) y un Brillat-Savarin truffé que ya hizo nuestras delicias en nuestra última visita a Gary Danko (ver crítica en este Blog). Por último, como nota de color, un Délice des Bois, también de Jacquy Conge, con frutos del bosque, que no nos convenció pero resultaba divertido.

Si comimos bien, mejor bebimos. La carta de vinos muy buena, y precios razonables. Tras los gin-tonics de aperitivo (con tanqueray y muy bien preparados), siguió un magnum de Vega Sicilia - Valvuena 1999, excepcional. Este vino es siempre una apuesta segura. Para los quesos, un blanco Coteaux du Layon 2001 del Val de Loire, excesivamente dulzón para el queso, pero rico. 

Fue pues una buena experiencia culinaria en todos los sentidos. Me alegró comprobar que en esta casa se sigue comiendo muy bien (de hecho, por comida, entra en mi Top 10). Sin embargo, creo que ni la ubicación, ni el local, justifican los desorbitados precios. Sin tomar como referencia la cena de ayer (en la que como decía, bebimos mucho y de mucha calidad), el precio medio, con un primero, un segundo, postre y una botella de vino normalita para dos, no bajará de € 75 por comensal. En mi opinión exagerado para un local en la calle Ballesta. 


Datos prácticos:
LA TASQUITA DE ENFRENTE
c/ Ballesta, 6
28004 Madrid
Tel.: 91 532 54 49

Precio medio: € 75
Cierra sábados a mediodía.
No accesible silla de ruedas.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Kabuki (Madrid)

La moda de los restaurantes japoneses es relativamente reciente en Madrid. Aú recuerdo aquella época, no tan lejana, en que casi el único japonés de calidad en la capital era Suntory. Sin embargo eso ya no es el caso, y son varios los restaurantes japoneses que merecen nuestra atención. De entre todos ellos, Kabuki ocupa un lugar privilegiado, habiéndose convertido en uno de los lugares dónde mejor se come de toda la capital, de entre los restaurantes de cualquier tipo de cocina. Y queremos precisamente repasar ahora la situación de Kabuki tras la apertura de su nuevo local en el hotel Wellington, en la calle Velázquez. Ricardo Sanz, alma mater de Kabuki, ha abandonado la dirección de la casa primogénita, para pasar a ocuparse del nuevo local, dejando a su discípulo, Mario Payán, al frente del local, con el inestimable apoyo de Chelo dirigiendo intachablemente la sala. 

Lo mejor en esta casa es ponerse en manos del sushi man. Algo que ahora con Mario sí podemos hacer, pero no antes con Ricardo, ya que ello implicaba una cuenta final estratosférica. Pero Mario es de esos profesionales que ya no quedan. Serio, centrado en su trabajo, muy regular, y además encantador. 

El miércoles disfrutamos de una gran fiesta. Empezamos con un tartar de toro con angulas, exquisito. Seguimos con otro tartar, esta vez de atún picante. También excepcional. A continuación, usuzukuri de trufa. 

Muy ricos los nigiri de hamburguesa de kobe, y también los de erizo (aunque un poco fuertes para quién no le guste demasiado el erizo). Los conos, especialidad de esta casa, estuvieron representados con unos temaki de atún, excepcionales. 

Otra de las exquisiteces es el pez mantequilla, presentado en forma de nigiri con trufa. Qué pena que sea tan difícil encontrar este pescado. Los nigiri de huevo de codorniz, con trufa, son otra marca de la casa que no debemos dejar de probar. La gamba roja exquisita, muy muy sabrosa. 

Probamos también dos futomakis diferentes, uno de hongo, y otro crujiente de anguila que nunca nos cansaremos de comer. ¡Qué delicia! La anguila vuelve a estar presente en forma de nigiri, también muy sabrosa, aunque nos sorprende mucho más en forma de futomaki. 

La estrella llegó con cuatro makis de huevo de codorniz coronados con caviar Beluga 000. El caviar en abundancia, muy fresco. ¡La combinación, imbatible! 

Para terminar, un solomillo de buey de kobe fileteado y poco hecho, que estaba delicioso. 

Los postres acaban de ser renovados, y para los amantes del chocolate merece la pena probar los nuevos bombones (de cítricos, avellana, té verde, etc.).

El servicio de sala, de los mejores de Madrid. La factura final dependerá mucho de lo que se pida. Los maki de caviar y el kobe prácticamente doblan la cuenta, así que ya depende del gusto del consumidor.

En cualquier caso, incidimos, una de las mejores direcciones de Madrid. Siempre se sale contento. No queremos acabar sin agradecer a Mario su esfuerzo. No sólo ha conseguido que Kabuki no se resienta del cambio de Ricardo Sanz al nuevo local, sino que, en mi humilde opinión, ahora se come aún mejor. ¡Enhorabuena Mario!

Un apunte final; ayer repetimos, y con motivo del Puente, Mario estaba de vacaciones. Me gustaría decir lo contrario, pero desgraciadamente se echó de menos su presencia. Los platos llegaron peor de temperatura, el arroz (el gran secreto de Kabuki) no estaba tan perfecto como nos tienen acostumbrados, y los huevos de codorniz algo grasientos. Menos mal que Mario no suele ausentarse demasiado...


Datos prácticos:

KABUKI

Avda. Presidente Carmona 2

28020 Madrid

Tel.: ·91 417 64 15


Precio medio: € 70

Cierra domingos y festivos. Preparan sushi para llevar.

Accesible silla de ruedas

Teitu (Madrid)

Teitu es una sidrería asturiana en el corazón financiero de Madrid. Pertenece al Grupo Oter, aquel que hace no tanto era sinónimo de calidad y buen hacer, pero que ahora ha sucumbido a la tentación del negocio frente a la calidad. Oter Epicure, Il Gusto, Gerardo, El Gran Barril, son todo casas en las que echamos mucho de menos otras épocas en las que se comía mucho mejor. Teitu no es una excepción. Es un restaurante masificado, impersonal, que no deja cabida a ningún tipo de complicación. Pero a juzgar por lo lleno que está, la fórmula, en términos puramente comerciales, funciona. 

Croquetas paisanas, un poco mazacotes, pimientos de piquillo confitados, excesivamente grasientos, o tortilla de la aldea, son algunos de los entrantes recomendados. El jamón ibérico, bastante bueno, y acompañado de pan tostado con tomate. Lo más recomendable. 

Los segundos, lo esperado. Chuletón, pescados a la plancha, guisos asturianos, cocina a la brasa, etc. El solomillo, correcto. El lenguado a la plancha, una pieza bastante fresca, pero llegó a la mesa grasiento (cosa que no podemos entender de un pescado a la plancha...). 

Teitu es un asador con pretensiones, dónde prima más la cantidad que la calidad. Si estamos por la zona, podemos darle una oportunidad. Pero poco más...

Datos prácticos:
TEITU
Capitán Haya, 20
28020 MADRID
  • Tel: 91 556 21 14

Precio medio: € 60
No cierra
Accesible silla de ruedas




El Comité (Madrid)

Fotos como esta de la izquierda decoran las paredes de este acogedor restaurante situado en las proximidades de la calle Orense, concretamente en la Plaza de San Amaro. Restaurante de marcado corte francés, se ha convertido ya en un clásico de la capital, dónde la reserva se hace imprescindible, y ni tan siquiera la escasez de espacio o las apretadas mesas hacen desistir a sus fieles. La dueña, francesa por supuesto, recibe a sus invitados con una sonrisa permanente, y aconseja a cuantos le preguntan, con mucho acierto y amabilidad. 

Unas patatas fritas caseras, como las de antes, nos esperan en la mesa. El pan, caliente y tierno. Como sugerencia del día, un revuelto de setas con huevo poché delicioso. Las setas perfectas. Seguimos con un foie de las landas, acompañado de confitura de frambuesa. El foie exquisito, de los mejores de Madrid. La confitura nos parece un recurso innecesario que mejor harían en obviar. Seguimos con unas cuñas de camembert frito acompañado de coulis de grosellas, que aquí sí pega. Delicioso también. Por último, una de las especialidades de la case, el steak tartar acompañado de pan tostado. ¡Qué steak tartar más rico!

Como segundos, probamos también un poco de todo, siendo el resultado en líneas generales igual de bueno que con los entrantes. Un carpaccio de buey con parmesano, correcto (no es este el sitio para pedir un carpaccio, pero bueno...); el clásico magret de pato, exquisito. Un verdadero acierto. Otro de los platos recomendados es la pasta fresca (fetuccini) con bogavante. Muy rica, aunque preferiríamos la pasta más al dente, un fallo muy común en Madrid. Otra de las sugerencias del día, un entrecote acompañado de setas, bastante bueno también. Lo peor, una merluza a la plancha, acompañada de pasta fresca y salsa de bogavante. La merluza demasiado hecha y seca. La pasta estaba rica pero no estoy muy convencido que pegue mucho con este plato... Merluza con salsa de bogavante?? No sé yo...

Sabéis que no soy muy de postres, salvo mi conocida obsesión por el chocolate, pero probamos una crema quemada que estaba bastante rica. La carta de vinos tiene muy buenos precios. 

Buen restaurante, con un ambiente muy agradable, y en el que siempre se queda bien, aunque se les ha ido un poco la mano con los precios últimamente.

Datos prácticos:
EL COMITÉ
Pza. de San Amaro, 8
Madrid
Tel.: 91 571 87 11

Precio medio: € 70
Accesible silla de ruedas

Astrid y Gastón (Madrid)

Madrid vive un período dulce en cuanto a gastronomía se refiere. Son muchas las novedades de la capital, y además se transmite la sensación que todo se llena. Sin duda ese es el caso de este restaurante, que lleva ya casi un año entre nosotros. Lleno absoluto todos los días, a lo que probablemente contribuye lo exótico de la comida, el emplazamiento y el local maravilloso que ocupa el restaurante. Para los que no lo sepan aún, se trata de cocina peruana, bajo la atenta dirección de Gastón Acurio, el genio de la cocina peruana, que ahora toma posiciones en el competitivo panorama gastronómico de Madrid, y lo hace en uno de los mejores locales que hemos visto recientemente. 

La carta, ininteligible, llena de platos de descripciones kilométricas que no sirven para aclarar nada. Así que si no somos expertos en cocina peruana, habrá que intentar ponerse en manos del maître. Resulta curioso eso sí que éste desaconseja inmediatamente el menú degustación. ¿Para qué lo tienen entonces?

De aperitivo nos ofrecen un pan caliente (que pese al anuncio, llegó frío) con dip de queso y especias.  Seguimos con un tartar de mero con chip de papa morada. El tartar estaba muy rico, con el mero muy fresco y sabroso. Los ceviches y los tiraditos son la estrella del restaurante. Nos recomendaron un clásico ceviche de corvina con maíz tostado y batata asada. ¡Exquisito! Recomiendo comerlo con cuchara, para poder degustar bien la salsa que lo acompaña, con suaves notas a cilantro y cítricos. 

Como segundo entrante nos insistieron mucho en pedir las croquetas y las patatas. Croquetas de yuca con queso y patatas cocidas con salsa huancaína. Tremendo. No pudimos más que probarlo. Las patatas heladas y mal hervidas. Las croquetas, chiclosas, formaban una bola que no había quién tragara. 

Entre los segundos, nos volvimos a dejar recomendar, y probamos un ave y un pescado. El ave, un ají de gallina con papas doradas, huevos de codorniz y salsa de aceituna. Rico de sabor, aunque demasiado pesado. De pescado, un atún sellado con pastel de boniato. El atún, pasado de cocción, quedaba muy seco. La mezcla con el pastel de boniato no aporta nada; al contrario, mata el sabor del atún y ofrece un resultado dulce que nada tiene que ver con lo que se espera del plato.

Para beber no nos aventuramos con la carta de vinos, y nos centramos en los pisco, el pisco tradicional (€ 12) y un muy recomendable pisco de maricucha, mucho más suave y afrutado (también € 12). El servicio correcto y atento, aunque demasiado frío. 

Mucho he oído de este restaurante en los últimos tiempos. Ahora parece que la cocina peruana es una de las grandes cocinas del mundo. Siento discrepar, aunque no tengo nada en contra de ese maravilloso país que es Perú. A mi personalmente Astrid y Gastón me decepcionó, y no es un sitio al que me apetezca volver. Menos, después de haber pagado casi € 80 por persona por la cena que aquí describo. Pero como siempre digo, para gustos, los colores...

Datos prácticos:
ASTRIS Y GASTÓN
Pso. de la Castellana, 13
Madrid
Tel.: 91 702 62 62
Cierra domingos y festivos

Precio medio: € 80
Dispone de dos salones, uno en el piso superior para fumadores, y el de no fumadores en el piso de abajo, al que se accede mediante un par de pequeños escalones.