Interesante fórmula la que tiene este restaurante escondido en un esquinazo al final de General Orgaz. Lo primero que llama la atención al llegar es precisamente eso, el emplazamiento, la disposición de la barra, y el ambiente de "colegueo que se huele nada más entrar en el local".
Nos recibe Pepe Qüenco (miembro de la familia que lanzó aquella gran casa que fue el Qüenco, desgraciadamente bastante desmejorado en los últimos tiempos). Amable y sonriente, ayer sin voz aún padeciendo el exceso de celebraciones por su querido Sevilla F.C., Pepe saluda a la gente por su nombre, y acompaña a los clientes a un diminuto, pero acogedor comedor. Sin duda, la clientela es fija, eminentemente joven.
La fórmula de este restaurante, como decía, es bien interesante. Aperitivos, entrantes, postre y vino, fijos. Larga selección de segundos para elegir. Precio, también fijo. Por unos muy razonables € 35 (todo incluído) nos da de cenar.
Al llegar a la mesa, los aperitivos y el vino se encuentran esperándonos. Un juego visual, que sin embargo creo hace perder a los alimentos algunas de sus cualidades, especialmente ahora en verano. Como aperitivos, unas gambas en gabardina (el rebozado un poco tosco), un foie mi-cuit (elegante, refinado, aunque pierde un poco de consistencia al permanecer en la mesa esperando a los comensales) y salmorejo (quizá demasiado espeso, pero rico).
Como entrantes, un clásico tierra, mar y aire (espárragos verdes, huevos rotos y gambas) muy conjuntado, y con tanto los huevos como los trigueros perfectos de punto (ambas cosas difíciles hoy en día). Seguimos con unas croquetas de centollo, acompañadas de una salsa de cava y naranja, que sin embargo Pepe nos desaconseja (curioso, ¿cómo acompaña el plato entonces?). Las croquetas muy bien de fritura, aunque puede que en exceso saladas. Pese a la recomendación de Pepe, sí las prueba con la salsa, que suaviza su sabor, y mejoran bastante. Como último entrante, un risotto con setas. Decepcionante. Fuera de punto (pasado), demasiado cremoso, el grano de arroz deshecho,... Curiosamente el conjunto aportaba en paladar un resultado aceptable, pero nada tiene que ver con un risotto.
En el apartado de platos principales, probamos un atún rojo de almadraba, con arroz blanco, y una merluza rebozada en salsa de txipirones. El atún rico, aunque demasiado hecho (pese a haberlo pedido expresamente "casi crudo"). La merluza, más floja que el atún, aunque a estos precios no se puede esperar una merluza de pintxo. Tendrían que trabajar eso sí, un poco más la salsa de txipirones, demasiado artificial.
De postre, un refrescante conjunto de sorbetes caseros (regaliz, trufa, mandarina, etc.) con frutas de temporada. Como vino, un correcto Rioja crianza 2001, Antigua Usanza.
Pepe, quién se encarga casi en solitario de la sala, nos obsequia, como hace siempre, con unos licores, e incluso nos pone las copas que le solicitamos.
En resumen, Por Fin demuestra que se puede comer correctamente (incluso bastante bien) por un precio muy muy ajustado. ¡Volveremos!
Datos prácticos:
POR FIN
Calle General Orgaz, 9
Madrid (Tetuán)
Tel.: 91 571 81 70
Precio medio: € 35 (menú cerrado, IVA y bebidas incluidas)
Accesible silla de ruedas
Cierra domingo y lunes.
Nos recibe Pepe Qüenco (miembro de la familia que lanzó aquella gran casa que fue el Qüenco, desgraciadamente bastante desmejorado en los últimos tiempos). Amable y sonriente, ayer sin voz aún padeciendo el exceso de celebraciones por su querido Sevilla F.C., Pepe saluda a la gente por su nombre, y acompaña a los clientes a un diminuto, pero acogedor comedor. Sin duda, la clientela es fija, eminentemente joven.
La fórmula de este restaurante, como decía, es bien interesante. Aperitivos, entrantes, postre y vino, fijos. Larga selección de segundos para elegir. Precio, también fijo. Por unos muy razonables € 35 (todo incluído) nos da de cenar.
Al llegar a la mesa, los aperitivos y el vino se encuentran esperándonos. Un juego visual, que sin embargo creo hace perder a los alimentos algunas de sus cualidades, especialmente ahora en verano. Como aperitivos, unas gambas en gabardina (el rebozado un poco tosco), un foie mi-cuit (elegante, refinado, aunque pierde un poco de consistencia al permanecer en la mesa esperando a los comensales) y salmorejo (quizá demasiado espeso, pero rico).
Como entrantes, un clásico tierra, mar y aire (espárragos verdes, huevos rotos y gambas) muy conjuntado, y con tanto los huevos como los trigueros perfectos de punto (ambas cosas difíciles hoy en día). Seguimos con unas croquetas de centollo, acompañadas de una salsa de cava y naranja, que sin embargo Pepe nos desaconseja (curioso, ¿cómo acompaña el plato entonces?). Las croquetas muy bien de fritura, aunque puede que en exceso saladas. Pese a la recomendación de Pepe, sí las prueba con la salsa, que suaviza su sabor, y mejoran bastante. Como último entrante, un risotto con setas. Decepcionante. Fuera de punto (pasado), demasiado cremoso, el grano de arroz deshecho,... Curiosamente el conjunto aportaba en paladar un resultado aceptable, pero nada tiene que ver con un risotto.
En el apartado de platos principales, probamos un atún rojo de almadraba, con arroz blanco, y una merluza rebozada en salsa de txipirones. El atún rico, aunque demasiado hecho (pese a haberlo pedido expresamente "casi crudo"). La merluza, más floja que el atún, aunque a estos precios no se puede esperar una merluza de pintxo. Tendrían que trabajar eso sí, un poco más la salsa de txipirones, demasiado artificial.
De postre, un refrescante conjunto de sorbetes caseros (regaliz, trufa, mandarina, etc.) con frutas de temporada. Como vino, un correcto Rioja crianza 2001, Antigua Usanza.
Pepe, quién se encarga casi en solitario de la sala, nos obsequia, como hace siempre, con unos licores, e incluso nos pone las copas que le solicitamos.
En resumen, Por Fin demuestra que se puede comer correctamente (incluso bastante bien) por un precio muy muy ajustado. ¡Volveremos!
Datos prácticos:
POR FIN
Calle General Orgaz, 9
Madrid (Tetuán)
Tel.: 91 571 81 70
Precio medio: € 35 (menú cerrado, IVA y bebidas incluidas)
Accesible silla de ruedas
Cierra domingo y lunes.
2 comentarios:
Perdona Javitxu, por lo que cuentas saco la impresión de que la comida no fué muy afortunada y en cambio dices que volverás.
Es cierto que tiene buen precio pero parece que hay demasiados defectos.
un saludo
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de valorar un restaurante es su relación calidad-precio. En este sentido, Por Fin es una mágnifica dirección. Como digo al principio de mi artículo, ya no es fácil dar de comer así en Madrid por ese precio. Puede que algunos platos sean mejorables, es cierto, y negarlo sería mentir. Pero a ese precio, no podemos esperar que algunas materias primas sean mejores. Simplemente, no le saldrían las cuentas. Por eso reitero lo que decía, es un restaurante que en su segmento de precio me gustó muchísimo, y sin lugar a dudas volveré.
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